viernes, 30 de marzo de 2012

Amor y Rebeldia

Hace pocos días me confesé y pienso que Dios me habló a través del confesor.  El Señor me regaló una pequeña luz que ahora valoro mucho y quiero compartir con ustedes.  La idea básica es que "si no me siento amado, experimento la rebeldía".  Me ha parecido una luz muy valiosa y razonable.

Es real, imaginen que en una familia uno de los hijos no se siente amado por sus padres (no que no lo sea sino que no lo sienta), pues ese hijo seguramente se va a comportar de manera rebelde, experimentará la inestabilidad interior por sentir la ausencia de algo esencial, el amor.  De igual manera, si yo como hijo de Dios olvido su amor, me aparto de su amor, rechazo su amor, o por alguna razón no lo experimento, casi inevitablemente me iré adentrando en la rebeldía, contra Dios y contra mis hermanos, y hasta contra mí mismo.

Por otra parte esta luz me muestra lo positivo de vivir en el amor de Dios, la dulce consecuencia de vivir en paz con Dios, con  mis hermanos y conmigo mismo.  Realmente necesito y disfruto sentirme amado por Dios.  Me encanta mirar la Trinidad, y veo en ella cómo es el Amor lo que permite tan perfecta armonía, unión de voluntades excenta de rebeldía.  El Hijo es el Amado que se deja amar y por lo tanto totalmente obediente.  Yo, cristiano, unido a ese Hijo Amado que se deja amar, estoy llamado a dejarme amar por Dios Padre, estoy llamado a vivir en la obediencia, en la docilidad, en paz.

Les dejo esta pequeña conclusión fácil de recordar:       déjate amar, no seas rebelde.

No hay comentarios:

Publicar un comentario