viernes, 3 de agosto de 2012

Mc. 12,28-34 Resumen de la Nueva Evangelización

Como presupuesto de este artículo de ideas un poco sueltas debe estar la lectura del texto bíblico Mc. 12,28-34...

El texto bíblico base de estos párrafos puede ser resumido en tres ideas básicas que son las que permiten dar luces a las diferentes experiencias de Nueva Evangelización: 1. Escucha; 2. El Señor, el único Señor; y 3. Amarás.

Como primer punto nos encontramos que toda evangelización es escucha, sabes que la fe entra por el oído, que se hace necesario un testigo comprometido que predique el Buen Mensaje, es un misterio en el que entra el evangelizado.  Quienes estamos ya caminando en la Nueva Evangelización somos conscientes de este cambio en nuestra vida, hemos notado cómo anteriormente la Palabra era difícil de penetrar, que la Eucaristía era más fría y poco profunda, ahora en cambio las lecturas sagradas son todo un juicio para nuestra vida, cada Eucaristía es una experiencia de renovación e iluminación de nuestra vida.  Pero también debemos revisar permanentemente qué tanto estamos escuchando.  ¿Dejas que tu corazón se impregne de esas maravillosas palabras de Amor que Dios te entrega cada día?, permites que tu vida vaya cambiando según la Palabra te va iluminando?, dejas que sea Cristo quien reine en tu vida como Señor de Señores?, escuchas a tus hermanos de comunidad como quien quiere escuchar las palabras mas sagradas?, miras los acontecimientos de tu vida como una nueva escucha de un Dios que se manifiesta en tu historia?...

El anterior punto nos lleva necesariamente a profundizar en el segundo.  Jesús, el Cristo, es el Señor.  Sabemos que el pueblo de Israel se debatía entre la idolatría y la fidelidad.  Contempla cómo Dios se manifiesta en la liberación, en la protección, en la providencia y sin embargo otros dioses terminan dominando el culto.  Los profetas vienen siempre a recordar la fidelidad, la Unidad de Dios, el verdadero culto.  Nuestra historia no es ajena a la de Israel, menos cuando nuestra vida se deja dominar por la moda, por el dinero, por el poder, por el hedonismo, por una persona en particular, por las propias emociones o instintos; es cierto que ya hemos experimentado cómo el Señor ha cambiado nuestra historia y damos testimonio de ello, sin embargo no podemos dejar de preguntarnos hasta qué punto hemos hecho del Señor el verdadero centro de nuestra vida; que no sea solo reconocer a Cristo como Señor sino sobre todo hacer eso efectivo en la cotidianidad, en cosas sencillas como en la puntualidad de la fe, en la perseverancia, en el apostolado, cuando hay dificultades con los hermanos, en el tiempo, en el dinero, en el trabajo, en la familia, en la sexualidad, en la imaginación, etc., que no quede ningún aspecto de nuestra vida que no esté postrado ante el Salvador.

Finalmente, y como colmo de la vida cristiana en la Evangelización, tenemos el imperativo de Amarás...  Dios es Amor y cada uno de nosotros, creados a su imagen y semejanza, debemos ser naturalmente amor.  La Evangelización ha constituído para nosotros principalmente dejarnos amar y aprender a amar.  Hemos dado el paso a aceptar a los demás, aceptarnos a nosotros, dejarnos amar por Dios y nos hemos comprometido a amar a los demás.  Qué bueno no desaprovechar otra oportunidad de revisarnos y preguntarnos: ¿En serio?, realmente estás amando a tus hermanos? qué sucede cuando hay dificultades con tus hermanos?, te preocupas por tus hermanos de comunidad cuando no asisten?, cómo es tu preocupación y amor por los no evangelizados?, a qué te mueve el amor?, qué experimentas frente al hermano solo, desamparado, frente al hermano necesitado?

Escucha: el Señor es el único Señor, lo amarás a Él, a tu prójimo y a ti mismo.

miércoles, 4 de julio de 2012

Método trinitario para acercarse a la Trinidad...

Dios?, y dónde está Dios para que lo veamos y creamos en Él?, cómo podría acercarme a ese Dios que dicen trinitario? Así son algunas de las preguntas que hoy se formulan muchas personas hoy, bueno las que aún se formulan preguntas de este tipo. Aquí intentaremos presentar una propuesta de acercamiento a la realidad Trinitaria...

Siempre estaremos refiriendo nuestro Dios trinitario en los términos que nos ha transmitido San Juan: Dios es amor.  Recordaremos siempre también que entonces Dios es Amante, Amado y el Amor mismo, ésta es la base toda reflexión en este blog.  Además también vamos a tener como presupuesto lo que el mismo Jesús nos dijo de sí mismo: Yo soy el camino, la verdad y la vida... Nos acercaremos entonces a la realidad Trinitaria a través de este camino: Jesucristo.

Dios, pues, es Padre, Hijo y Espíritu Santo, y el camino es el Hijo, es decir el Amado...  Esto nos lleva, como primer paso a acercarnos al Amado.  Si Jesús nos muestra el camino y él es el Amado, es decir el que se deja amar, nuestro camino de acercamiento debe inicar dejándonos amar.  En la experiencia personal no encuentro otro camino al Dios verdadero sino éste, dejarme amar por este Dios.  Antes de querer entenderlo, verlo, tocarlo, incluso antes de amarlo, el primer paso es dejarte amar por Él.

Iniciado este camino a través de Jesús, el Amado, pasaremos ahora al Espíritu Santo, el Amor.  Qué nos muestra Éste que es Espíritu? Es como un soplo, algo que no toca sino que mueve, y frente a algo que me mueve la respuesta sería dejarme mover, o mejor dicho hacerme dócil a este movimiento.  Muy bien, el segundo paso entonces está en profundizar el Amor, primero me dejé amar, ahora me dejo llevar a la locura del amor que mueve, ¿a qué?, no sabemos, que nos mueva a donde quiera, pero que me mueva realmente el amor.

Finalmente, habiendo caminado a través del Hijo que es el eterno Amado y del Espíritu que es el mismo Amor que inspira y mueve nos queda ahora mirar hacia arriba, al origen de todo amor, al origen de todo, y seguramente ya sin deseos de comprender y de atrapar con el entendimiento sino con el solo deseo de ser amados, con el solo deseo de ser humildes para contemplar la grandeza y la gloria de quien Es.  Dios Padre es el origen y autor de todo, es la fuente del Amor y llegados a Él sólo queda la felicidad de su Amor, sólo queda amar como Él, dando todo a todos.

Sólo el amor nos lleva a ver, sentir y tocar a Dios, y sólo el amor puede demostrar que lo hemos conocido.  A Dios no le conocemos en nuestros parámetros, con nuestros métodos científicos, ni con la experiencia deseada, a Dios le conocemos en los métodos de Él, haciendo su propio recorrido Trinitario.

Que queda de esta reflexión?: vivirla, es decir, vamos a dejarnos amar, vamos a hacernos dóciles a ese amor, vamos mirar hacia arriba a la fuente de todo amor.

viernes, 18 de mayo de 2012

Dios, qué nos dices de nuestras relaciones virtuales?


Hay un tema en cuestión: las relaciones personales a través de las redes sociales.  Es mucho lo que se puede decir y mucho lo que se puede criticar, así como mucho lo que se puede preguntar.  En este caso queremos preguntarle a la Teología, concretamente a la doctrina de la Trinidad… veamos qué nos ilumina frente al tema propuesto.

Primero es importante recordar la estructura básica de la comunicación; se habla de tres elementos esenciales: un emisor, un receptor y un mensaje que une a ambos.  Son dos los personajes, cada uno actúa en distintos momentos como receptor y como emisor, y es uno el mensaje que los une en una sola relación. Curiosamente la doctrina de la Trinidad de Dios es muy similar a lo anterior: Dios es Padre y es Hijo, ambos unidos en el amor, que es su relación y persona divina a la vez, el Espíritu Santo.  Dios Padre como emisor que ama al Hijo, el Hijo que como receptor es el eterno amado, y el Espíritu Santo que es el amor mismo que une a ambos.  No es accidental esta semejanza entre la estructura de la comunicación y las relaciones divinas, todo lo contrario, sabemos que Dios lo ha hecho todo y ha dejado sus huellas en la creación (Sb. 13,1). Hizo al hombre a su imagen y semejanza (Gn. 1,27).  Otra prueba la encontramos en que siendo Dios relación al interior de sí mismo, se manifiesta esto en el hombre en su propia necesidad de relacionarse, y manifiesta esta necesidad en la diversidad de relaciones que establece, incluyendo las de los medios masivos y las redes sociales.  No solo es posible sino un deber el relacionarse para ser consecuente con su propia naturaleza humana y creada.

Basados en lo anterior podemos entonces preguntar a la doctrina trinitaria si es válido hablar de relaciones personales a través de las redes sociales, y queremos también saber cómo deben ser éstas…  ¿Qué nos dice Dios Trino?  Sabemos que Dios es amor, es el perfecto amor, Amor que se da (Padre), Amor que se recibe (Hijo), es el amor mismo (Espíritu Santo).  Un amor que se dona a sí mismo, el Padre da su propia naturaleza al Hijo, diríamos un amor sincero, y a la vez un amor libre, que no obliga.  Se consigue de allí que así mismo deben ser las relaciones humanas (relaciones maduras y cristianas) con sinceridad y libertad.

Claro, es muy fácil fingir lo que no soy a través de un Nick y de una foto de perfil, pero no sin atentar la naturaleza misma de mi ser relacional y consecuentemente experimentar el vacío y la falta de sentido; al igual que es muy fácil sufrir por las relaciones vanas y faltas de compromiso, excepto si me acerco en libertad y valorando la libertad del otro.

Es posible hablar de relaciones personales entonces a través de las redes sociales, y de relaciones auténticas, si éstas son sinceras y libres, es decir si son relaciones basadas en el amor, el mismo que recibimos de Dios.

viernes, 30 de marzo de 2012

Amor y Rebeldia

Hace pocos días me confesé y pienso que Dios me habló a través del confesor.  El Señor me regaló una pequeña luz que ahora valoro mucho y quiero compartir con ustedes.  La idea básica es que "si no me siento amado, experimento la rebeldía".  Me ha parecido una luz muy valiosa y razonable.

Es real, imaginen que en una familia uno de los hijos no se siente amado por sus padres (no que no lo sea sino que no lo sienta), pues ese hijo seguramente se va a comportar de manera rebelde, experimentará la inestabilidad interior por sentir la ausencia de algo esencial, el amor.  De igual manera, si yo como hijo de Dios olvido su amor, me aparto de su amor, rechazo su amor, o por alguna razón no lo experimento, casi inevitablemente me iré adentrando en la rebeldía, contra Dios y contra mis hermanos, y hasta contra mí mismo.

Por otra parte esta luz me muestra lo positivo de vivir en el amor de Dios, la dulce consecuencia de vivir en paz con Dios, con  mis hermanos y conmigo mismo.  Realmente necesito y disfruto sentirme amado por Dios.  Me encanta mirar la Trinidad, y veo en ella cómo es el Amor lo que permite tan perfecta armonía, unión de voluntades excenta de rebeldía.  El Hijo es el Amado que se deja amar y por lo tanto totalmente obediente.  Yo, cristiano, unido a ese Hijo Amado que se deja amar, estoy llamado a dejarme amar por Dios Padre, estoy llamado a vivir en la obediencia, en la docilidad, en paz.

Les dejo esta pequeña conclusión fácil de recordar:       déjate amar, no seas rebelde.

martes, 20 de marzo de 2012

Discípulos al Servicio de la Vida

(Lectura de Aparecida 347-364)

Jesucristo nuestro Señor ha venido al mundo para participarnos su vida divina, y de esto somos conscientes desde el anuncio kerigmático, allí reconocemos el Amor que Dios nos tiene y se nos invita a dar nuestra respuesta de fe.  De manera real y concreta esto sucede también en el Bautismo, allí no sólo se nos purifica del pecado sino que renacemos a una vida nueva incorporados a una comunidad de discípulos.

Muy bien, la anterior es la base de la reflexión, ahora ponemos nuestra mirada en el actuar de Jesús.  Él tuvo una vida al servicio de la vida, y lo hacía muy concretamente, de esto tenemos muchos ejemplos: se acerca al ciego de nacimiento, dignifica a la samaritana, sana a los enfermos, alimenta al pueblo hambriento, libera a los endemoniados, come con pecadores, toca leprosos, recibe a una mujer prostituta para que unja sus pies y recibe a Nicodemo para invitarlo a nacer de nuevo.  Invita a la reconciliación, al amor, al servicio. Jesús se pone al servicio de la vida con acciones concretas, lo podemos contemplar con cuánta amabilidad y paciencia se acerca a cada necesitado, y aún más, llega al colmo de dar su propia vida en la cruz, realmente no se guarda nada para sí mismo, por la vida da la vida y toda la vida, Él que es la plenitud de la vida.

Ese actuar de aquél a quien hemos hecho y proclamado Señor de nuestra vida nos exige hacer lo mismo, nos exige renunciar a muchas cosas, en todas las áreas (tiempo, trabajo, dinero...) siempre al servicio de la vida.

En pocas palabras: mi fe tiene, necesariamente, que verse reflejada en un servicio concreto a la vida, mi fe me exige entregar mi vida.  Sólo dándola es que se acrecienta la vida.  Y la propuesta es hacerlo al estilo de Jesús: con cercanía afectuosa, escucha, humildad, solidaridad, compasión, diálogo, reconciliación, compromiso con la justicia social.

sábado, 24 de septiembre de 2011

Obediencia

Llevo algunos meses en el ministerio sacerdotal y en estos últimos días estoy haciendo una relectura de lo que siento, de lo que soy, de lo que se me pide.  La experiencia más inmediata es la de la obediencia como forma de permitirle a Dios realizar su voluntad entre nosotros.  El ser humano camina hacia la libertad, lo cual vemos palpable en los jóvenes que en su rebeldía mal pretenden verse libres de dominaciones; pues esa misma búsqueda de libertad experimento yo, y de alguna manera me crea resistencia para realizar lo que el Obispo me pide, al igual que para realizar lo que la Palabra de Dios me pide o mi párroco.

Cuando me he enfrentado a lo que yo quisiera hacer, negándolo, para hacer lo que se me pide, he podido experimentar una libertad mayor.  Esto me ha permitido pensar que la obediencia es un verdadero camino de salvación, es decir, de liberación.  Me he sentido metido en el misterio de lo que nos muestra la Revelación, de cómo por ejemplo la Virgen María acoge la Palabra venida del Señor, sin entenderla, pero en humildad diciendo sí.  Algo así es lo que he hecho, no mirándome a mí digo que sí, no como resignación, sino mirando hacia arriba, también con esperanza, con el deseo de ver al Señor, de que su amor, que es tan cierto, se manifieste en la certeza de mi realidad próxima.

Vale la pena enfrentarme a mí mismo, vale la pena negar mi voluntad, como Cristo en la Cruz, para que la bondadosa Voluntad del Padre se manifieste, no importa que yo no lo entienda o no lo quiera.

Desobedecer es renunciar a lo que se me pide, en cambio obedecer es asumir, y sabemos muy bien que sólo lo que es asumido es redimido.  Demos gracias a Dios que asumió nuestra naturaleza para redimirnos a través de la obediencia...

viernes, 15 de julio de 2011

Pensamientos un poco sueltos

El Dios en el que creemos es un Dios trino, lo que permite decir que es el Dios de la unidad.


Si no fuera Trino, si fuera una sola persona, entonces no quedaría claro el tipo de unidad que es Dios.

 
Si Dios fuera una sola persona entonces no sería unidad, sería un monismo.



Pero en cambio Dios es realmente tres personas, entonces es comunión.

Dios perfecto es comunión perfecta, perfecta koinonía en la unidad de la divinidad.

La esencia de Dios Padre, Hijo y Espíritu es ser Uno.

De allí encontramos nuestra riqueza, nuestro llamado, nuestra felicidad y nuestra meta.

Todo en nosotros está llamado a la unidad, no para disolvernos en ella sino para participar de la comunión.



De tal modo mirar al Uno es mirarnos para reconocer nuestra propia división y necesidad de Él.



Si queremos acercarnos al misterio de la Trinidad no tenemos otro camino que acercarnos a la Escritura.



Esto de buscar a Dios no puede ni debe ser algo sólo de la razón sino que debe implicar la vida propia.



De manera sencilla ser cristiano es vivir en relación con el Padre, con el Hijo y con el Espíritu Santo.
 
 
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