Si no fuera Trino, si fuera una sola persona, entonces no quedaría claro el tipo de unidad que es Dios.
Si Dios fuera una sola persona entonces no sería unidad, sería un monismo.
Pero en cambio Dios es realmente tres personas, entonces es comunión.
Dios perfecto es comunión perfecta, perfecta koinonía en la unidad de la divinidad.
La esencia de Dios Padre, Hijo y Espíritu es ser Uno.
De allí encontramos nuestra riqueza, nuestro llamado, nuestra felicidad y nuestra meta.
Todo en nosotros está llamado a la unidad, no para disolvernos en ella sino para participar de la comunión.
De tal modo mirar al Uno es mirarnos para reconocer nuestra propia división y necesidad de Él.
Si queremos acercarnos al misterio de la Trinidad no tenemos otro camino que acercarnos a la Escritura.
Esto de buscar a Dios no puede ni debe ser algo sólo de la razón sino que debe implicar la vida propia.
De manera sencilla ser cristiano es vivir en relación con el Padre, con el Hijo y con el Espíritu Santo.
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